NATALIA POLO
PSICÓLOGA
ONDAS CEREBRALES
PEQUEÑAS PÍLDORAS SLOWLIFE
Parece loco, pero es real. Nuestro pensamiento crea distintas ondas cerebrales. Algunas se relacionan más con la salud y otras menos.
En la era que vivimos, parece que solo valen los pensamientos que crean ondas cerebrales rápidas, muy rápidas. Pero, ¿sabes lo que genera eso en tu salud?
Te explico cada una, y así decides de cuál prefieres hacerte amigx.
Nuestro cerebro funciona a través de impulsos eléctricos (información que viaja de neurona a neurona), que generan ondas cerebrales. SIEMPRE estamos generando ondas cerebrales (incluso cuando dormimos).
Seguro que te suenan sus nombres: Beta, alfa, theta, delta y gamma.
Depende de la actividad que estemos desarrollando, se formarán unas y otras. Pero, ¿en qué se diferencian?
Gracias a la ciencia y a los estudios con electroencefalograma (EEG), hoy sabemos que si queremos mantener nuestra salud, más nos vale que prefiramos unas antes que otras en nuestro día a día.
Te presento a estas amiguitas.
ONDAS BETA (14 a 40Hz)
Las que más de moda están en esta era social. Son ondas de alta frecuencia, es decir, rápidas. Son las de mayor transmisión de información de todas, es decir, cuando quiero hacer muchas actividades e incluso varias al momento. Marcan una actividad mental intensa.
Nuestro cerebro genera estas ondas cuando estamos en un estado consciente y nos ayuda a desenvolvernos en nuestro día a día, pero ¡cuidado! Hay tres tipos: bajas, medias y altas. Las altas están estrechamente asociadas al estrés.
¿Cuándo emito estas ondas, Natalia? Supongo que cada uno en su vida ante distintas actividades, pero para que te hagas una idea, son las ondas que emites cuando estudias, resuelves un problema, das un discurso, atiendes a un cliente en el trabajo, arreglas una máquina, piensas dónde has aparcado el coche o qué toca hacer durante el día…
ONDAS ALFA (8 a 14Hz)
Estas ondas son muy amigables. Alfa es el estado de relajación y poca actividad cerebral.
Son más lentas que las beta, prefieren la calidad antes que la cantidad, digamos.
Cuando decides tomarte un descanso después de limpiar la casa, trabajar, hacer la comida o arreglar el microondas, estás decidiendo que quieres transitar las ondas alfa.
Pero, también te encuentras con ondas alfa cuando das un paseo, disfrutas de una serie, un paisaje mientras estás de ruta o tu té favorito.
Son ondas que transmiten paz y son las que más entrenamos con ejercicios de meditación y mindfulness.
Estas ondas son tremendamente sanadoras, porque nos ayudan a reducir el cortisol que nos provoca el estrés y tanto estropea nuestra salud, potencia la intuición, el superaprendizaje, la apertura de mente…
ONDAS THETA (4 a 8 Hz)
Estas ondas son la clave del Código da Vinci. Son más lentas aún que las Alfa. Normalmente nos vienen a visitar en el estado justo antes de dormir de manera profunda o en momentos que de vez en cuando tenemos llamados “soñar despierto”, cuando vamos por la calle o en el coche imaginando nuestro pequeño mundo ideal y de que nos queremos dar cuenta hemos llegado al destino.
Este estado está asociado a tareas que se han automatizado pasando a nuestro subconsciente y no necesita nuestra atención para ser ejecutadas, momentos de creatividad, inspiración y estados que ayudan a la sanación.
ONDAS DELTA (1 a 4 Hz)
Las más lentas de todas, sin llegar nunca a cero. Las que tenemos cuando estamos en un estado de sueño profundo. Cuando dormimos, se producen ciclos de 90 minutos donde nuestras ondas van cambiando de delta a theta y de theta otra vez a delta. Por eso lo de “consultarlo con la almohada” es mucho más que un dicho.
Mientras dormimos, transitamos los estados más inspiradores y creativos ayudándonos a tener ideas nuevas, nuevos puntos de vista, soluciones…
¿Aportamos más durmiendo que pensando activamente? La respuesta es sí, señores.
Te ha pasado, y lo sabes.
Es tremendamente importante que transitemos estas ondas, ya que se relacionan con la hormona del crecimiento, responsable de la recuperación de la salud, homeostasis y regeneración de tejidos.
ONDAS GAMMA (30 a 100 Hz)
Las amigas Gamma, descubiertas no hace tanto, tienen una frecuencia mucho más alta que las beta, pero no se asocian a pensamientos del día a día.
Se relacionan con estados de alta intensidad cerebral donde vivimos momentos de lucidez, máxima atención y concentración, percepción y destellos de brillantez.
Es la única capaz de activar más áreas cerebrales de alto nivel como la atención y la consciencia de manera instantánea durante un tiempo prolongado.
Estas ondas nos vienen a visitar en momentos muy creativos de “Flow”, cuando realizamos una actividad que nos apasiona y perdemos la noción del tiempo.
Nuestras queridas Gamma nos producen emociones altamente positivas y buenas para nuestra salud física y mental.
Ahora que ya las conoces y sabes cómo es cada una podemos hablar con propiedad.
Durante nuestro día a día, nuestro cerebro está preparado para ir variando de unas a otras como una orquesta sinfónica, sin necesidad de que nosotros seamos conscientes.
Por lástima, más que decidir nosotros, es el entorno y la demanda de vida actual la que nos va marcando las ondas en las que debemos vivir. Digamos que nuestro cerebro es obligado a permanecer de manera predominante en un tipo de onda que no nos viene nada bien para nuestra salud, las ondas beta.
El ritmo de vida, nos lleva a dejar de lado las ondas amigas que son más sanadoras para nosotros.
Cuando estamos en un estado de ondas beta constante muy alto y llega la noche, nos costará dormir y entrar en ese estado delta reparador que necesitamos para recuperar la salud.
Aumentará nuestro cortisol, provocando estrés como estado basal, manteniéndonos en ese estado de manera diaria y poco a poco estropeando nuestra salud.
Incluso, si algún día nos “permitimos” intentar transitar otras ondas diferentes, las beta que son tremendamente envidiosas, nos harán sentirnos culpables, vacíos, inútiles, por no estar en ellas.
SLOWLIFE es esto.
· Intentar controlar nosotros mismos nuestros estados mentales, y que no sea la demanda externa la que lo haga.
· Adquirir herramientas que podamos llevar a cabo pequeños ratos en nuestro día a día para ayudarnos a tener un estado mental óptimo, permitiéndonos vivir más plenamente con nosotros mismos y nuestro entorno.
· Cuidar nuestra salud de manera lo más consciente posible.
· Manejar nosotros nuestra propia vida. Vivir de dentro hacia fuera y no al revés.
· Promover, mantener y potenciar nuestra salud, protegerla. Somos nuestro mayor proyecto de vida.
¿Cómo podemos conseguir estas ondas tan sanadoras en esta era capitalista, reina de la inmediatez, altamente competitiva que ve la lentitud como ineptitud?
El ritmo mental no tiene nada que ver con el ritmo de vida que ves fuera.
No tengas miedo al cambio. Puedes hacer exactamente las mismas cosas que estás haciendo ahora, pero con otro ritmo mental.
Lo primero que debes hacer es transitar estos estados, entrenarlos, sentirlos, para saber identificar en cada momento de tu día a día en cuál estás, distinguirlos y saber crearlos. Familiarízate con ellos.
A través del mindfulness (tareas conscientes) y la meditación, fomentamos este tipo de estados. Cuando los tengas interiorizados, será muy fácil traerlos al presente. Quizá estés usando estás técnicas ya y no lo sepas, tranquilo, muchas veces se piensa que la meditación es una cosa, pero se encuentra en nuestro día a día mucho más fácil de lo que creemos.
¿Te ha pasado que cuando tienes un día de mucho agobio, te pones a limpiar y recoger la casa (cocinar, regar las plantas, planchar, lavar el coche, arreglar la persiana…) porque te hace sentir mejor, te relaja? Enhorabuena, estás practicando el mindfulness y la meditación y no tenías ni idea.
La meditación es parte de la ciencia, y se usa actualmente en programas de tratamiento oncológico en varios hospitales de nuestro país. Eso es algo maravilloso.
En otro blog hablaré de esto…
Gracias por dedicarme estos minutos de lectura juntos. Ojalá esta píldora te inspire a llevar una vida consciente, que lo hayas leído ya es una prueba de que lo estás haciendo y estas comprometido contigo mismo
¡GRACIAS!